Hija
La que
definitivamente, la que probablemente...
Madre.
La que probablemente,
la que definitivamente...
Definitivamente,
palabra extraña, me hace acordar a la muerte.
La que tengo, la
que tendré, la que soy, la que voy a ser.
Aunque se vista de
seda, muerte queda.
Olvido
irrespirable, negocio, la más presente de las ausencias o la más ausente de las
presencias, huida salvaje que ocupa, llena y rebalsa todo tiempo y lugar; dolor
que se vuelve sombra antigua, desgarro, instinto, alivio, miseria. Más llena de
complicaciones y complicidades que la vida. Contemplarla no es fácil; pálidos,
feos, fríos si están adentro del cajón y si andan caminando, depende; según los
vivos, los muertos. Natural, violenta, chiquita, líquida, hasta ella, hasta que
nos separe, estoy muerta, lo mato, de mala muerte, muerte puta, morir en vano
¿qué carajo significa eso? ¿no es siempre vana la muerte? Mierda... Suposiciones,
especulaciones; inútiles, patéticas; encima los muertos no pueden parar de
hacerse amigos, o los vivos no pueden parar de hacerse amigos de los muertos.
La muerte se
quiere matar y no puede
está embarazada
de hojas
y ya lo dijo el
poeta
todas las hojas
son del viento porque...
¿por qué era? ah
sí, la muerte,
hasta en ella...
la muerte
transvestida
baila sola,
quiere entretener y divertir
la muerte es un
ama de casa
que plancha y
mata al niño sin querer
la muerte se
saca de encima
a otras muertes
está cansada
y se muere de
belleza.
La muerte, ¿es
eterna? Creo en la muerte perdurable. Amén.
Estoy embarazada
y no quiero.
Estoy embarazada
y quiero.
No se lo dije a
nadie, ni al padre.
No se lo dije a
nadie, ni a mamá.
2 comentarios:
Me encantó esto Adriana.
gracias, Gabi
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